A pesar de la pandemia, el mercado del arte de grandes obras y grandes maestros continúa al alza, mientras que las firmas de artistas menos reconocidos se han desplomado.

Para los nuevos inversores es un momento complicado a la hora de decidir dónde adquirir sus obras, pero la tecnología blockchain avanza cada vez con mayor rapidez hacia un escenario de democratización del arte.

Una noticia interesante al respecto es el nacimiento de start-ups y plataformas que posibilitan comprar un Picasso o un Rembrandt en multipropiedad por aproximadamente 900 euros. Mediante la tecnología blockchain es posible compartir la propiedad de una sola obra y dividirla en acciones, “tokens activos”, puestos a disposición de pequeños inversores. El token se define como una unidad de valor creada para conceder derechos a sus propietarios por parte de la plataforma, de modo que sería posible intercambiarlos posteriormente para repartir el porcentaje de la propiedad.

Este modelo ya ha sido puesto en marcha exitosamente en 2018 durante la subasta de la obra “Small Electric Chairs” (1980), de Andy Warhol, organizada por la plataforma Maecenas en colaboración con la galería Dadiani Syndicate. En concreto, se subastó el 31,5% de la obra, recaudando 1,7 millones de dólares. La transacción se consolidó mediante un contrato inteligente ejecutado en Ethereum, ganando en transparencia y objetividad, dado que esta cadena de bloque crea un registro que deja señalizada y permite comprobar cada transacción. Este tipo de contrato no está escrito en lenguaje convencional, sino en código virtual, y además posee la capacidad de cumplirse de forma automática una vez que las partes han acordado los términos. Al estar previamente programado, el cumplimiento no depende de la interpretación subjetiva de las partes dado que está formulado en sencillos condicionales (si sucede A, entonces B).

En el sistema ideado por Maecenas, un asset token representa una parte alícuotade la pintura. Ethereum es una plataforma sobre la cual se ejecutan contratos inteligentes (no es una moneda digital), esto es, un pedazo de código con el que pueden transferirse inmediatamente la propiedad y los fondos tras llegar a un acuerdo. Al utilizar Ethereum, estas nuevas plataformas se benefician de varios protocolos públicos de seguridad ya construidos por los programadores de Ethereum, así como de un alojamiento reconocido y seguro para sus tokens.

Las ventajas de emplear esta tecnología son muchas: llevar al mercado abierto obras maestras y así poder hacer más transparente su precio, permitiendo que los asesores puedan tener una perspectiva más adecuada para diversificar el riesgo, invirtiendo en distintos activos artísticos. Los dealers y marchantes, a su vez, pueden repartir su atención y esfuerzos en más de una obra difícil de vender, debido a su precio o características.

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