Vintage es una palabra francesa que proviene del anglo-normando vintage, y éste a su vez del francés antiguo vendage. Es el término empleado para referirse a objetos o accesorios de calidad que presentan cierta edad, los cuales sin embargo no pueden aún catalogarse como antigüedades. Se utiliza para designar, entre otros: mobiliario, instrumentos musicales, automóviles, libros, fotografías, y, más recientemente, prendas o accesorios de vestir.
La palabra vintage se utiliza en principio para referirse a aquellas prendas o accesorios que han sobrevivido al menos veinte años después de su creación convirtiéndose en un clásico preciado. Sin embargo, en el mundo de la moda, se viene utilizando vulgarmente para catalogar también artículos nuevos inspirados en los clásicos, que en realidad son de estilo “retro”.
El auge de la estética vintage se ha visto acrecentado por iconos de la moda como Dita Von Teese, que viste casi exclusivamente con prendas de segunda mano, además de peinarse y maquillarse según la época correspondiente.
La atracción por lo vintage deriva de las siguientes razones.
- Exclusividad: La mayoría de los productos vintage fueron producidos en pequeñas cantidades y son menos aún los que han llegado a nuestros días.
- Calidad: La realización de este tipo de piezas suele ser exquisito. Son artículos caracterizados por su buen hacer, muchas veces de manera artesanal en su totalidad o gran parte de ella.
- Materiales: Gran parte del género con el que se realizaron en su momento tiene hoy un precio desorbitado.
- Valor económico: Su precio está muy alejado de piezas similares actuales. Su valor incrementa según la época a la que pertenece, el diseñador que la creó, su buen estado y en algunas ocasiones, incluso, a quién perteneció.
- Historia: Los consumidores de este tipo de obras dan gran valor añadido a su carga histórica. De hecho, uno de los lugares para adquirirlos son precisamente anticuarios.
- Coleccionismo: No todo el público adquiere estos artículos para su uso. En ocasiones se crean auténticas colecciones privadas de diseño por el mero placer artístico de su posesión.
El vintage es una manifestación de la cultura posmoderna. Es producto de la pérdida de fe en el progreso y el desencanto del motor de la innovación propia de la modernidad. Así, en vez de mirar al futuro, se recurre con nostalgia a elementos de eras pasadas, pero carentes de significado original. De esta manera, la moda se sirve del pasado por motivos meramente estéticos, donde se mezclan elementos de distintas épocas y lugares, descontextualizados de su función y razón original.
Con respecto al mueble vintage, señalar una preferencia por piezas de los años 50, 60 y 70. Cada vez es más habitual que en las casas de subastas y anticuarios encontremos muebles de estas épocas, especialmente piezas de origen sueco, que caracterizadas por la elegancia propia del estilo vintage.
En relación a sus características, hay que mencionar conceptos ya iniciados en la introducción de este post y que se aplican a cualquier objeto considerado comotal: la alta calidad de su acabado, el gusto por el detalle en su construcción o el empleo de materiales de altísima calidad, es muy habitual el uso de la teca.
Vamos a encontrar una amplia variedad de piezas: aparadores, mueble-bares, espejos, vitrinas, mesas auxiliares, etcétera. Esta riqueza de formas y su gran funcionalidad hacen del mueble vintage una excelente opción decorativa, y un mercado en auge apto para todos los bolsillos.
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