Como ya vimos anteriormente, el Mercado de arte contemporáneo internacional descansa sobre dos pilares principales: China y Estados Unidos. Pero, ¿qué pasa con el resto del mundo?
Tras las dos grandes potencias mundiales, hay cuatro países europeos como plazas fuertes dentro del Mercado de arte: Reino Unido, Francia, Alemania, y Suecia.
Reino Unido es el líder incontestable en Europa en cuanto a arte contemporáneo, y así lo demuestran los artistas de origen británico, cuyas ganancias en 2014 han sido de 231’9 millones de euros, con el pintor Peter Doig a la cabeza del arte contemporáneo inglés. El mercado londinense representa el 77% del mercado europeo: de 297 millones de euros ganados en toda Europa en el mercado del arte contemporáneo, 237 millones los aporta el Reino Unido.
Francia se halla actualmente en desaceleración, con una caída del 10% en su resultado anual, y con una tasa de lotes no vendidos del 51% (la tasa mundial es de 36%). A pesar de tener dos casas de subastas que se encuentran entra las 50 mejores del mundo (Artcurial y Tajan), no toma parte en la competición de las diez mejores. Entre los 100 artistas contemporáneos con mejores resultados, no hay ningún galo. Los artistas más caros de la escena francesa, Pierre Soulages y Martial Raysse, nacieron antes de 1945, por lo que no entran en la categoría estricta de contemporáneos.
El mercado de arte francés “sufre las consecuencias de una globalización que se desarrolla en un círculo cerrado, sostenida por grandes inversores, por casas de venta líderes que marcan la pauta del arte”, donde las medianas y pequeñas galerías lo tienen difícil; incluso muchas grandes galerías han interrumpido sus actividades en los últimos años. Esta situación se agrava si tenemos en cuenta que la crisis económica golpeó Francia con bastante fuerza, y el mercado del arte no fue uno de los sectores a impulsar.
Pero hay que añadir un factor más al panorama: los países emergentes. En diez años, la energía de los nuevos polos culturales se deja sentir en forma de bienales, ferias de arte, casas de arte, galerías, museos… etcétera. Los artistas de estos nuevos focos forman parte de las ventas de Londres y Nueva York, y también las casas de subastas más importantes han abierto sus puertas en nuevos territorios; por ejemplo, Christie’s inauguró en 2006 su sede en Dubai.
Filipinas es un buen ejemplo de país emergente en cuanto a mercado de arte contemporáneo se refiere, ostentando la 20ª posición mundial (por delante de Rusia y Suiza), y con una tasa de obras no vendidas de tan sólo el 9%. Dos sociedades son las que dinamizan el mercado en la zona: León Gallery, y Salcedo Auctions. El grupo de los artistas filipinos más cotizados, entre los que encontramos a algunos muy jóvenes, nacidos incluso en la década de 1980, lo encabeza Ronald Ventura (Manila, 1973), quien, tras el fracaso de las ventas de sus obras en su país, probó suerte en Hong Kong, desde donde comenzó a ascender sin parar, y donde vendió su obra Wonderful Bait por 614.770 euros. Este éxito de Ronald Ventura y otros compatriotas está estimulando la curiosidad por el mercado filipino, lo que repercute positivamente en sus resultados en subastas internacionales. Filipinas celebró en 2014 la segunda edición de su feria de arte Art Fair Philippines.
En cuanto a África y Oriente Medio, los países más dinámicos son Turquía, Emiratos Árabes Unidos, Sudáfrica, Irán y Marruecos, encontrándose todos entre los 50 mejores del mundo. En Turquía, por ejemplo, se está dando un gran auge al arte contemporáneo con la apertura de nuevos grandes museos y la participación en grandes ferias internacionales.
La proyección internacional de estos países y sus artistas se debe en parte al establecimiento de las grandes casas inglesas y estadounidenses sobre el terreno, aunque no es fácil. Lo mismo ocurre con la cotización para los artistas africanos y de Oriente Medio en las salas occidentales. Phillips de Pury & Company organizó una venta de arte contemporáneo africano en Nueva York en mayo de 2010 con 233 lotes, de los cuales quedó una tasa del 40% sin vender.
A los artistas africanos no les queda más remedio que el despertar de la demanda en el mercado internacional, pues en su continente de origen el mercado no ofrece muchas posibilidades; no obstante, aunque muy poco a poco, van surgiendo en el continente africano propuestas, como el Museo de Ouidah (Benín), que abrió sus puertas en 2013 consagrándose como el primer museo dedicado al arte contemporáneo africano en el África Subsahariana, con exclusión de Sudáfrica.
También ha habido grandes eventos en occidente que han dado a conocer a los principales artistas contemporáneos africanos. De ellos han salido algunos nombres que ya resuenan en el panorama internacional, como Barthélemy Toguo, Chris Ofili, Yinka Shonibare, o Julie Mehretu, quien adjudicó su obra Retopistics: a renegade excavation en Christie’s Nueva York por 3’5 millones de euros en mayo de 2013.
Destaca también William Kentridge, videoartista sudafricano, número tres del videoarte mundial, por detrás de Bill Viola y Nam June Paik.
Marlene Dumas (Ciudad del Cabo, 1953) es la 40ª artista viva con mejores resultados del mundo, con un volumen de ventas cercano a los 15 millones de euros desde su entrada en el mercado del arte en la década de 1990.
El congoleño Chéri Samba (1956) hizo del cómic y la cultura popular su modo de expresión, saliendo en la década de 1990 a los mercados occidentales (París, Nueva York, Venecia…). En 2010 alcanza en Nueva York su cifra récord, 64.000 euros, con su obra J’aime la Coleur.
La gran explosión mediática que abrió el mercado internacional al arte árabe fue la 54ª Bienal de Venecia, que acogió la exposición panárabe The Future of a Promise, que incluía a artistas procedentes de Líbano, Egipto, Siria, Argelia, Arabia Saudí, Túnez, Marruecos, Palestina, Jordania e Irak.
El eje Dubai-Londres es el principal puente del exitoso proceso emergente.
Irán se presenta muy interesante en el campo del arte contemporáneo, pues los artistas plasman las grandes contradicciones sociales del país, reflejando la vida cotidiana y la situación política, y mezclando así una fuerte voluntad creativa con un férreo respeto por la tradición. El artista iraní más cotizado es Farhad Moshiri (apodado “el Jeff Koons iraní”), cuya mejor adjudicación en 2014 llegó a los 212.000 euros.
Shirin Neshat es una de las más célebres artistas iraníes tras la obtención del León de Oro en la 18ª edición de la Bienal de Venecia en 1999. Desde 2007 obtiene sus mejores resultados en Dubai, no en territorio occidental. Su récord está en 141.000 euros tras la venta en Christie’s Dubai de la obra Whispers, en 2008.
El tejido del mercado de arte contemporáneo en los países emergentes se constituye a partir de una red de casas de subastas locales: Macka Mezat en Turquía, Stephan Welz & Co. en Sudáfrica, Tehran Auctions en Irán, ArtHouse Contemporary Ldt. en Nigeria, o Compagnie Morocaine des Euvres & Objets d’Art en Marruecos son algunos ejemplos.
El principal problema de los países con mercado de arte contemporáneo emergente, es que los artistas jóvenes normalmente quedan relegados.
Your article gave me a lot of inspiration, I hope you can explain your point of view in more detail, because I have some doubts, thank you.