Para el correcto manejo y contemplación de las piezas se recomienda una serie de utensilios y objetos:
– Un tapete de fieltro, o material blando similar, donde situar las monedas durante su manipulación.
– Un álbum o bandeja, para guardar y proteger las monedas.
– Unas pinzas con trozos de esparadrapo y de goma en los extremos, para facilitar la extracción de la moneda del álbum.
– Dos lupas: una, de considerable tamaño y de unos 10 aumentos para la observación de la moneda en su conjunto. Otra, de unos 15 o 20 aumentos, para los detalles.
– Unos sobrecitos de papel o plástico, para el transporte y almacenamiento de las piezas repetidas en cajas.
– Un cuaderno de notas, donde apuntaremos cúanto nos costó la pieza; a quién y cuándo se la cambiamos o nos la regalaron; su estado de conservación, rareza, peculiaridades, etc.
– Una lámpara de luz blanca para que no permita que se distorsionen los colores.
– Un armario o cajón para guardar los sobres y cartones.
Correcto manejo de la colección:
Debemos tomar ciertas precauciones encaminadas hacia el correcto manejo y conservación de las monedas:
– No sobrecargar las hojas de nuestros archivadores, pues de hacerlo así, corremos el riesgo de que se rompan; además, si tienen mucho peso, al pasarlas se golpearán las piezas de las distintas hojas.
– Cuidado con el manejo del álbum; hay algunos que pierden las monedas si se invierte la posición, con el riesgo que esto trae consigo.
– Siempre que se vayan a sacar las monedas de su lugar, poner sobre la mesa un tapete de fieltro o de similar materia blanda, evitando hacer la operación en una habitación cuyo suelo sea de terrazo. Una caída de una moneda de plata de cierto tamaño, por ejemplo, sobre un suelo de mosaico, puede tener consecuencias desastrosas.
– Extraer y manejar la pieza con pinzas que lleven en sus extremos trozos de esparadrapo o de goma, para, que en la medida de lo posible, no se deforme el álbum y no manosear la moneda demasiado. En caso de no poseer unas pinzas de estas características, se recomienda coger la moneda sólo por el canto.
– Evitar en todo momento que la moneda entre en contacto con un objeto o material que la pueda rayar.
En definitiva, cualquier precaución es poca a la hora del manejo de nuestra colección.
Limpieza de las moneda:
Ante todo, partamos de la base de que las monedas no hay que limpiarlas, puesto que se estropean y pierden valor numismático. Únicamente por necesidades de estudio arqueológico o histórico, se suele proceder a su limpieza.
Aún así, si realmente estamos seguros de que la pieza que pensamos manipular no va a sufrir daño, procederemos a su limpieza. Nuestro método se basará en dos productos, el agua y el jabón neutro:
- Introduciremos la moneda bajo un chorro de agua templada, con el fin de que se desprenda el polvo o la tierra, si los hubiere.
- Seguidamente, y con los dedos, aplicaremos con suavidad un poco de jabón neutro por las dos caras.
- Finalmente, aclararemos con agua templada, y secaremos la pieza con una toalla seca y suave.
No es conveniente utilizar un cepillo, por blando que éste sea. Las monedas pueden ser frotadas, con cierta moderación, con un cepillo de fibra de vidrio para que se desprenda la suciedad sobre todo en las recién desenterradas. A las monedas con pátina, ya sea verde o negra, no conviene tocarlas, y a lo sumo, pasarles un cepillo de pelo de caballo para resaltar el brillo natural de la pátina.
Si después de limpiar la pieza observamos la presencia de alguna mancha que no sea producto del óxido, podemos frotar localmente con una goma de borrar.
No debemos limpiar jamás nuestras monedas de plata con los productos químicos de venta en el mercado, ya sea líquido, polvo o algodón. Las monedas de cobre y de bronce se pueden limpiar con aceite de oliva, dejándolas secar después para que brillen.
Y como regla de oro: si después de limpiar cuidadosamente una pieza, ésta continúa con aspecto sucio, dejémosla y no la toquemos más. Podríamos estropearla más de lo que está.
Conservación pasiva de la colección:
Damos a continuación algunos consejos para la conservación pasiva de nuestra colección:
– No exponer la colección a sustancias o circunstancias que den ocasión a su deterioro por oxidación, deformación, etc.
– El lugar donde guardemos la colección ha de tener una temperatura y humedad constantes.
– Las monedas de oro no necesitan grandes cuidados. En cambio, las de plata, bronce, cobre y hierro son mas sensibles a los corrosivos y a la humedad.
– No limpiar ninguna moneda, y mucho menos utilizar sustancias que hagan que estas brillen.
– Revisar periódicamente toda la colección, por si algún proceso de oxidación o deterioro ha comenzado, poder solucionarlo a tiempo.
¡Esperamos que esta guía os resulte útil!
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